Para garantizar que tus clientes reciban comentarios positivos, debes seguir algunos pasos sencillos. Aunque algunos de estos pasos te parezcan obvios, créenos: en la vida real, la mayoría de los divemasters deben recordarlos de vez en cuando. Así que aprende desde el principio a hacer un buen trabajo y a hacer felices a tus clientes.

Sé puntual. Esta regla se puede aplicar en cualquier área en la que trabajes. Llegar tarde a recoger a los clientes de sus hoteles da una muy mala impresión sobre ti desde el principio. E incluso si las inmersiones salen perfectamente bien ese día, aún pueden tener una opinión dudosa sobre ti. Así que prepárate para no llegar nunca tarde. Y si por alguna circunstancia llegas tarde, recuerda informar a tus clientes de ello con antelación.

Sé amigable. Esta es la clave de un buen servicio. Aunque estés de mal humor o estés muy cansado, nada puede ser motivo para tratar a tus clientes de forma poco amistosa. Saluda a los clientes con una sonrisa y mantén una actitud amistosa con los buceadores durante todo el día. Las personas son diferentes y es posible que te encuentres con algunos clientes tristes y desagradables. Eso no puede cambiar tu actitud. Nunca dejes de ser amable.

Sé profesional. Si los clientes ven que te falta algún conocimiento sobre tu trabajo, no te respetarán como su guía. Tienes que aprender tu trabajo hasta el último detalle. Los divemasters tienen una rutina similar día a día y necesitas aprender los procedimientos diarios lo antes posible. Nunca dejes de aprender. Cuando aprendas todos los procedimientos del centro de buceo que conciernen directamente a tu trabajo diario, profundizarás en tus conocimientos de buceo. Busca fuentes adicionales donde puedas aprender más información sobre fisiología, técnicas de buceo, buceadores famosos, récords, cualquier cosa que pueda ser de interés. Cuando tengas más conocimientos que los buceadores, siempre te mirarán como un líder.

Sé un líder. Aunque trates a los clientes de la forma más amable posible, tienes que ser su líder. Tienes que controlar la atención de los clientes y hacer que te escuchen cuando hay que hacer algo. Tienen que sentir que tienes el control del grupo. Si algún cliente no obedece tus instrucciones, tienes que encontrar una forma educada pero firme de hacer que te escuche. No puedes dejar que los buceadores hagan lo que quieran, ya que puedes poner en peligro a todo el grupo. Tú eres el líder y debes tomar las decisiones más importantes.

Sé paciente. Nunca pierdas la paciencia con los clientes. A algunos de tus alumnos no les resultará fácil enseñarles a bucear. Algunos pensarán que saben más que tú. Puede haber muchas situaciones diferentes en las que tu paciencia se vea puesta a prueba. Pero nunca (¡nunca!) debes ser grosero con el cliente. Representas a la empresa en la que trabajas y siempre debes mantener una actitud positiva.